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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Foreclosure free ride: 3 years, no payments

Delinquent borrowers facing foreclosure are learning that they can stay in their homes for years, as long as they're willing to put up a fight.
Among the tactics: Challenging the bank's actions, waiting to file paperwork right up until the deadline, requesting the lender dig up original paperwork or, in some extreme cases, declaring bankruptcy.


Nationwide, the average time it takes to process a foreclosure -- from the first missed payment to the final foreclosure auction -- has climbed to 674 days from 253 days just four years ago, according to LPS Applied Analytics.
It takes much longer than that in Florida, where the process averages 1,027 days, nearly 3 years. In D.C., foreclosure averages 1,053 days and delinquent borrowers in New York often stay in their homes for an average of 906 days.
And while some borrowers are looking for ways to make good with lenders and get their homes back, many aren't paying a dime. Nearly 40% of homeowners in default have not made a payment in at least two years, according to LPS.
Many of these homeowners are staying in their homes based on a technicality. There is rarely any dispute over whether or not they have stopped paying their mortgage, said David Dunn, a partner at law firm Hogan Lovells in New York, who represents banks and other financial institutions in foreclosure cases.
"In my experience, they never say, 'I'm not delinquent' or 'I want to pay my bill but I'm confused over who to send it to,' or 'Oh my God, you mean I didn't pay my mortgage?' They're not in technical default. They're in default because they're not paying," he said.

Millions eligible for foreclosure review

Ironically enough, the banks have given delinquent borrowers some of the ammunition they need to delay the foreclosure process. During the "robo-signing" scandal in 2010, it was revealed that bank employees signed paperwork attesting to facts they had no personal knowledge of. Now, borrowers are routinely challenging that paperwork.
A Staten Island, N.Y. man who owed $300,000 on his mortgage and hadn't made a payment in two years, said his attorney used the robo-signing issue to fight his foreclosure.
In his case, the lender's paperwork included many different papers signed by the same employee. The problem was that the signatures didn't match. The judge dismissed the lender's case against the borrower, although it can be re-filed.
"It looks like I'll be in my home for some time to come," said the homeowner, who asked to remain anonymous. He said he is currently not making any payments on his home.
Sometimes just asking the bank to produce the paperwork that shows it is the legal holder of the mortgage note can stall a repossession, said attorney Robert Brown. Since mortgages are often transferred electronically, the official paperwork often gets misplaced.

10 cheap foreclosed homes for sale by Uncle Sam

"My lawyer asked my bank to produce an affidavit that entitled them to foreclose," said a client of Brown's, who lives in Harlem and also asked to remain anonymous. "They couldn't do it."
The case was dismissed, without prejudice, though the lender can try again -- if it finds the paperwork.
In some of the more extreme cases, borrowers will file for bankruptcy in order to block a foreclosure. In these instances, courts order creditors to cease their collection activities immediately. Home auctions can be postponed as the bankruptcy plays out, which can take months.
The ensuing delays are further harming the housing market. People who stay in homes undergoing foreclosure for years often don't maintain the properties, causing blight and lowering property values in the surrounding neighborhoods, said Dunn.

Home prices: Your local forecast

Then there are the court costs that lenders bear, which will eventually be borne by home buyers as lenders increase their borrowing fees to cover the increased risk, Dunn said.
David Berenbaum of the National Community Reinvestment Coalition (NCRC), a community activism group, disputes the contention that owners are gaming the system for free rent and hurting the housing market.
"Most people do everything in their power to maintain these homes," he said. "They take in relatives, get second jobs and even rent out rooms."
What really needs to be done, he said, is for lenders to work harder to find solutions that allow delinquent borrowers who can afford to make reasonable mortgage payments to keep their homes. To top of page

martes, 13 de diciembre de 2011

Puerto Rico tiene una economía minada por la droga

El dinero que genera el narcotráfico en la Isla ha exarcebado el consumismo, ha creado una actividad económica artificial y ha evitado que miles de personas, particularmente jóvenes, se integren al mundo laboral formal.
De igual forma, el lavado del dinero obtenido de la compraventa de drogas ilegales distorsiona el uso de los recursos colectivos que tiene Puerto Rico y hasta resulta en precios más altos a los consumidores, opinaron expertos.
El profesor de finanzas Antonio Fernós Sagebién explicó que el narcotráfico es como cualquier otra actividad económica en lo que supone movimiento de dinero o creación de empleos directos, indirectos e inducidos.
“Los narcos van al cine, echan gasolina y compran en Costco”, dijo el profesor de la Universidad Interamericana.
“Ciertamente, algunos comercios no existirían en Puerto Rico”, reconoció, por su parte, Arturo Carrión, al indicar que las actividades comerciales son el mecanismo más simple de blanquear dinero del narcotráfico.
El vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Bancos de Puerto Rico explicó que en Puerto Rico, las ventas al detal rondarían unos $35,000 millones este año. De esa cifra, unos $17,000 millones se procesan mediante tarjetas de débito o crédito. La diferencia, es decir un 51%, serían ventas en efectivo. Esta cifra resulta llamativa, si se toma en cuenta que la mayoría de las transacciones comerciales con dinero producto del narcotráfico se realizan en efectivo.
Según Fernós Sagebién, el alto nivel de consumismo que existe en Puerto Rico ha convertido a la Isla en un eslabón en la cadena de suplido global. En la medida en que la actividad económica se derive menos de la producción de bienes y más de la actividad de servicios, como sería el comercio, se estimula el tráfico de mercancías y ahí se incluye la droga, explicó.
“Esto genera una burbuja artificial desde el punto de vista social, por las presiones que supone el consumismo a todos los niveles. Hay una inyección directa de fondos al consumo. Para ciertos grupos supone unos estándares (de vida), pero para otros es subsistencia”, explicó Fernós Sagebién.
Sinónimo de blanqueo...
De acuerdo con el economista José Joaquín Villamil, en aquellas economías en las que el mercado de la droga es importante, va a haber una cantidad importante de blanqueo de capitales, lo que redunda en otras dinámicas. Entre estas: la posibilidad de que el dinero del narcotráfico termine financiando actividades terroristas y desalentar la entrada al mercado laboral y, por ende, a la economía formal.
Hace unos tres años, Estudios Técnicos, la firma que preside Villamil, estimó que la economía informal en la Isla oscilaba entre $12,000 millones y $14,000 millones al año. De esa cifra, unos $5,000 millones podrían estar vinculados al narcotráfico.
Ayer, este diario reveló que esa cifra podría rondar los $9,000 millones.
Incentivos distorsionados
Según Villamil, para un muchacho joven en escuela superior resulta más tentador ganar $1,000 o $2,000 a la semana gestionando el punto de drogas, que devengar un salario y asumir las obligaciones de ser parte de la economía formal, lo que al instante provoca una distorsión del mercado laboral.
“Como toda empresa, el negocio de las drogas tiene su jerarquía, pero aun los que no son los jefes ganan dinero”, sostuvo el economista.
A preguntas de El Nuevo Día acerca del incentivos de ganar dinero rápido vis a vis el riesgo que supone la gestión del narcotráfico, Fernós Sagebién sostuvo que quien aprende a convivir en un entorno como el del narcotráfico, no percibe riesgo en ese ambiente sino cuando se sale de él.
“Aun cuando sea para ganar poco dinero, cuál es la alternativa”, dijo el académico. “Quien ha aprendido a vivir en ese entorno conoce los trucos del sistema y lo prefiere porque es la realidad que conoce”.
Por su parte, Villamil explicó que se trata de una conceptualización distinta de la gestión económica.
“En el estudio que hicimos hablamos con dueños de puntos de droga y, cuando les preguntábamos en qué posición ellos se veían en un período de cinco años, se nos decía que en ese negocio (el narcotráfico) no se piensa en largo plazo”, relató el economista.
Según Villamil, otro efecto devastador del narcotráfico estriba en la reasignación distorsionada de recursos públicos y privados para intentar frenar o disminuir esa actividad y el blanqueo de capitales asociado a esta.
Efecto al bolsillo de todos
A manera de ejemplo, Carrión indicó que los recursos que la banca asigna para atajar el blanqueo de capitales suele ser una carga “brutal” para estas entidades y, con todo, no sería suficiente.
“La percepción puede ser que se lave dinero en los bancos, pero la reglamentación es muchísima y el no reportar actividades sospechosas podría costarle la licencia a un banco”, dijo Carrión.
El año pasado, las instituciones bancarias de Puerto Rico radicaron 8,029 reportes de actividad sospechosa (SAR, por sus siglas en inglés). De ese total de reportes, que detallan desde posibles fraudes hipotecarios hasta cheques falsos, unos 6,613 reportes estuvieron relacionados a lavado de dinero, según el Servicio de Rentas Internas federal.
No obstante, Carrión indicó que hay otros mecanismos para lavar dinero y no son monitoreados. Los “negocios pantalla” y ciertos establecimientos de productos de alto costo, donde se procesan transacciones en efectivo de alto valor, suelen ser los ejemplos frecuentes.
Según Carrión, la asignación de recursos para prevenir esas prácticas termina costándole al consumidor, ya sea por aumentos en ciertos productos o por intereses más altos a la hora de tomar prestado.