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sábado, 28 de abril de 2012
PRSI Puerto Rico Stock Index
On the local front, the Government Development Bank's Puerto Rico Stock Index (PRSI) was able to finish on positive ground last week despite an overall sluggish performance by the stateside financial sector. For the week, the PRSI added 40.62, or 3%, to close at 1,394.54. Leading the list of gainers last week was Popular Inc., which gained 9¢, or 5%, to close at $1.89 after reporting net income of $48.4 million for the first quarter of this year. It was followed by Oriental Financial Group, which rose 26¢, or 2.36%, to close at $11.27 after B. Riley & Co. analyst Joe Gladue upgraded its credit rating to "buy" from "neutral." Triple-S Management Corp. edged up 25¢, or 1.18%, to close at $21.46. Last week's sole nongainer was Doral Financial Corp., which erased 3¢, or 1.73%, to close at $1.70.
domingo, 22 de abril de 2012
La recesión ha causado un retroceso económico y social en la Isla
La primera década del nuevo siglo y milenio no fue buena para Puerto Rico. Por primera vez desde el inicio del proyecto de industrialización, a mediados del siglo veinte, la economía experimentó un estancamiento estructural. Los economistas le hemos llamado a este período la década perdida, toda vez que hubo un retroceso económico y social, debido a la profunda recesión que comenzó en el 2006 y que aún persiste.
Diez años en la historia de un País es mucho tiempo, y si se toma en consideración los profundos cambios económicos y tecnológicos que ocurrieron en el primer decenio del milenio, el efecto sobre el futuro puede ser mayor.
Mientras Puerto Rico dormía, otras economías lograron avanzar, y no muy lejos de nosotros, países como Brasil, Panamá, Colombia, Chile y República Dominicana, entre otros, fueron capaces de crecer y adelantar sus agendas económicas. Fuera de Haití, todas las economías del hemisferio adaptaron sus estructuras productivas a los nuevos retos de una economía global más compleja y competitiva.
El efecto neto es que Puerto Rico ha perdido ventajas competitivas en el hemisferio y que para recuperar el terreno perdido hay que trabajar arduamente y tomar las decisiones correctas para alcanzar y superar a nuestros competidores. Luego de ser un modelo a seguir, la economía ha perdido relevancia global.
Hacia el futuro
Al comenzar la nueva década, el País no tiene otra opción que definir una agenda de desarrollo económico que tenga como meta retomar la capacidad de crecimiento, de generación de riqueza, creación de empleos y oportunidades para la población.
Como recientemente publiqué en mi libro, “La Reinvención Boricua” Puerto Rico tiene que implementar un proyecto de reinvención económica y social enfocado, en adelantar la entrada a terreno positivo luego de seis años de recesión, y propiciar los cambios estructurales que le permitan a la economía crecer a tasas de cuatro y cinco por ciento.
Sin embargo, para alcanzar estas tasas de crecimiento, se requerirá un alto nivel de inversión y resolver los temas competitivos que generen un ambiente adecuado para el sector empresarial y la clase trabajadora. Asuntos como la educación, la gobernabilidad y la equidad deben formar parte de la agenda de rehabilitación de la economía.
Una verdadera agenda de desarrollo debe incluir también, un re-enfoque que coloque al capital local como eje principal de la base acumulación y generación de nueva riqueza. A pesar de la crisis, aún en el País existe capital sobre el cuál se pueda apalancar un proceso reactivación productiva y desarrollo económico.
Capital humano
Pero tiene que ocurrir un cambio en la mentalidad gubernamental que permita encontrar un equilibrio entre el capital externo y el capital nativo.
Otro ingrediente importante en la agenda para la próxima década, lo es la retención y atracción del capital humano puertorriqueño.
Hay que capitalizar sobre los profesionales locales y poner a trabajar al talento local a favor del desarrollo económico del País.
Sin embargo para detener la “fuga de cerebros” hay que proveer un nuevo propósito de pueblo y las condiciones económicas para frenar la emigración masiva de profesionales.
Paralelo a este proceso, hay que ampliar y fortalecer la clase empresarial local. Puerto Rico tiene que crear empresarios capaces de crecer dentro y fuera de la Isla.
Además del nuevo sentido de responsabilidad de la clase empresarial, la clase política puertorriqueña tiene que trascender de la actual actitud de “canibalismo” partidista a un nuevo espacio de colaboración y diálogo sobre los asuntos económicos que le provean estabilidad al desarrollo sostenido de Puerto Rico.
Finalmente, un tránsito exitoso hacia el 2020 requerirá una modernización del marco institucional. Puerto Rico no puede ser competitivo y recuperar su capacidad de crecimiento con el lastre de los altos costos energéticos, leyes laborales rígidas, bajas tasas de participación laboral, un gobierno ineficiente y carente de metas, y un alto endeudamiento público.
Los retos económicos continúan y los próximos 18 meses serán decisivos. El País aún puede salvarse y salir airoso tal y como se logró en las décadas del 1940 y 1950. Pero esto requerirá visión, determinación y voluntad de todos los sectores para no perder la próxima década que acaba de comenzar.
Información :Real o No real sea usted el juez
Luego del informe publicado por la Junta de Planificación (JP), que indica que Puerto Rico experimentará un crecimiento positivo en la economía de 0.9%, mayor al proyectado de 0.7%, dos reconocidos economistas opinan que la Isla comienza a experimentar una lenta mejoría tras haber tocado fondo.
“Sin duda se está observando una mejoría, aunque no la que desearíamos porque el porciento aún es muy bajo. Todavía no se genera el crecimiento que necesitamos para generar empleos, pero es un paso y un avance. Si lo comparamos a como estábamos en el 2008, estamos mucho mejor que antes. Aunque es un crecimiento débil, son buenas noticias”, declara el economista Jaime Benson.
El también catedrático, además opina que hay que vigilar el crecimiento muy de cerca para evaluar los resultados a largo plazo. “Ahora lo que hay que ver es si se sostiene el crecimiento y si se fortalece. Esto es lo que está por verse”, añade Benson.
El presidente de la JP, Rubén Flores Marzan, asegura que durante este año fiscal que finaliza el 30 de junio, la economía de Puerto Rico crecerá más de lo pronosticado. Según la data de la JP, es la primera vez desde que comenzó la recesión en el 2006 que la economía de Puerto Rico podría crecer en vez de contraerse. Se proyecta un crecimiento positivo de 1.1% para el año fiscal que comienza el 1 de julio, lo que significaría el crecimiento más robusto de la economía local desde el año fiscal 2005, cuando creció 1.9%.
Datos que hablan de mejoría
“La noticia de que el Banco Gubernamental de Fomento reflejó un incremento en el índice de su actividad económica en los últimos tres meses, en comparación al año anterior, habla de una mejoría en la economía. Al igual que el reciente reportaje publicado por The Economist que proyecta aspectos de crecimiento para Puerto Rico durante este año, así como el comienzo de la exportación a la Florida de la cerveza Medalla”, comenta el economista Carlos Colón de Armas.
Este hace hincapié en que los datos de la JP son proyecciones que aún no se han realizado, a diferencia de las tres noticias mencionadas, que son un hecho y que demuestran un despunte en la economía local. Por otro lado, acepta que aún estamos lejos del nivel de calidad que se vivía en el 2005, antes del comienzo de la recesión en 2006.
“Es evidente que el índice económico ha mejorado, pero eso no quiere decir que todo está resuelto, ni que ha terminado la recesión. Ahora estamos en porcientos positivos en vez de negativos, pero no estamos al mismo nivel que antes. Algo que nos ha ayudado son las inversiones públicas y haber puesto la casa fiscal en mejores condiciones. Es incuestionable que estamos mejorando”, señala Colón.
Parte del crecimiento reclamado por el gobierno se ha visto apoyado por la inversión del sector público en las áreas de energía renovable, la construcción de escuelas y carreteras y los incentivos para la compra de viviendas, entre otros.
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