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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Se amplía la brecha entre nivel económico entre jóvenes y ancianos

La brecha entre el nivel económico de jóvenes y ancianos estadounidenses es la más amplía de las que se tenga registro, agravada por una desaceleración económica prolongada que ha aniquilado oportunidades de trabajo para adultos jóvenes y los ha sobrecargado con deuda de vivienda y universidad.
El típico hogar estadounidense encabezado por una persona de 65 años o mayor tiene una riqueza neta 47 veces mayor que la del grupo familiar encabezado por alguien menor de 35 años, según un análisis de datos del censo publicado el lunes.
Aunque la gente normalmente acumula activos conforme envejece, esta desigualdad en la riqueza es ahora de más del doble de la existente en el 2005 y casi cinco veces la disparidad de 10 a 1 que había hace un cuarto de siglo, luego de un ajuste por inflación.
El análisis refleja el impacto de la desaceleración económica, la cual ha golpeado particularmente fuerte a los adultos jóvenes. Más de ellos cursan estudios universitarios, endeudándose mientras esperan que el mercado laboral se recupere. Otros están batallando para pagar costos de hipoteca sobre casas que ahora valen menos de cuando fueron adquiridas durante el auge del mercado de vivienda.
El reporte, el cual se publica antes de la fecha límite del 23 de noviembre para que un comité especial del Congreso proponga recortes presupuestales por 1,2 billones de dólares en un período de 10 años, pone en el centro de atención la red de seguridad del gobierno que ha mantenido a flote a los ancianos estadounidenses con los sistemas de Seguridad Social y Medicare entre recortes más amplios a educación y otros programas, incluida la ayuda en efectivo a familias pobres.
“Nos hace preguntarnos si esa cantidad extraordinaria de recursos que gastamos en jubilados y su atención médica debería ser reasignada al menos parcialmente a quienes están siendo perjudicados más que ellos”, dijo Harry Holzer, un profesor de economía laboral y política pública de la Universidad Georgetown, quien calificó la magnitud de la desigualdad como “impactante”.
La riqueza medio neto de un grupo familiar encabezado por alguien de 65 años o mayor fue de 170.494 dólares. Eso es 42% más que en 1984, cuando la Oficina del Censo comenzó a medir la riqueza dividida por edades. El patrimonio medio neto para un hogar encabezado por un adulto joven fue de 3.662 dólares, 68% menos que hace un cuarto de siglo, según el análisis del Centro Pew de Investigación.
El patrimonio neto incluye el valor de la vivienda de una persona, sus posesiones y ahorros acumulados durante los años, incluidas acciones, cuentas bancarias, bienes inmuebles, autos, barcos y otras propiedades, menos cualquier deuda, como hipoteca, préstamos para estudios universitarios y facturas de tarjetas de crédito.
Los estadounidenses ancianos tienen en general un mayor patrimonio neto porque es más probable que hayan liquidado su hipoteca y acumulado con el tiempo más ahorro por salarios, acciones y otras inversiones. La media es el punto medio, y por lo tanto se refiere a un grupo familiar típico.
Los demógrafos creen que la brecha de 47 a 1 en el patrimonio entre ancianos y jóvenes es históricamente la más alta, incluso antes de que el gobierno consignara tales registros.
En total, 37% de los grupos familiares encabezados por gente joven tienen un patrimonio neto de cero o menos, casi duplicando el porcentaje de 1984. Pero entre hogares encabezados por una persona de 65 años o más, el porcentaje en esa categoría se ha mantenido mayormente sin cambio en 8%.
Para los adultos jóvenes, su principal activo es su casa. Su patrimonio cayó 31% respecto a 1984 como resultado de un incremento en la deuda y una caída en el valor de sus casas. En contraste, los estadounidenses de 65 años o más tienden a haber comprado sus casas antes de la burbuja inmobiliaria y por ello su patrimonio aumentó a pesar de la crisis.
Los estadounidenses viejos conservan sus empleos más tiempo, mientras que los adultos jóvenes enfrentan la tasa de desempleo más alta desde la Segunda Guerra Mundia. Como resultado, el ingreso promedio de los hogares de ancianos ha crecido desde 1967 a una tasa que es cuatro veces la de los hogares cuya cabeza pertenece al grupo de menores de 35 años.
Paul Taylor, director de Pew Social & Demographic Trends y coautor del análisis, dijo que el reporte muestra que los adultos jóvenes de hoy comienzan su vida en una posición económica adversa.
“Si este patrón continúa, pondrá en entredicho uno de los preceptos fundamentales del Sueño Americano: la idea de que a cada generación le va mejor que a la anterior”, dijo.

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