Puerto Rico ha logrado avances en sus finanzas públicas y en la promoción de la actividad empresarial, pero su bajo nivel de participación laboral requerirá negociar con el Gobierno estadounidense y hasta habrá que disponer de las corporaciones públicas, a raíz del alto endeudamiento de la Isla, dijo ayer Juan Carlos Hidalgo, analista de política pública en América Latina para el Instituto Cato.
De acuerdo con Hidalgo, Puerto Rico “tendrá que entrarles” a los temas estructurales que impiden un mejor desempeño económico, pues no hacerlo supone retos para combatir la pobreza y alcanzar la libertad económica. A la larga, ello incidirá sobre la capacidad del Estado para prestar servicios a la ciudadanía.
Una tasa de “espanto”
“El hecho de que la participación laboral de Puerto Rico sea de 41%, o sea, menor que Italia, es una cuestión de espanto”, sostuvo Hidalgo. Italia es uno de los países con los peores desempeños económicos a nivel global en los pasados diez años.
Según Hidalgo, si Puerto Rico fuera un país independiente y se analizara su nivel de “libertad económica” en función del índice que promueven el Instituto Fraser y la fundación Heritage, la Isla sería la tercera economía latinoamericana con la mejor posición, precedida por Chile y Panamá con un indicador de 7.37.
El Índice de Libertad Económica analiza diversos factores como el tamaño del Estado en la economía, el gasto tributario, la libertad del comercio internacional y el respeto a la propiedad privada. El número uno implica una economía menos libre y, por ende, con niveles de pobreza más altos, mientras que una sociedad más cerca del valor 10 implicaría menos pobreza y mejores condiciones de vida.
La puntuación sobresaliente de la Isla descansa en sus vínculos con Estados Unidos. Sin embargo, al examinar otros factores como el tamaño del Estado o endeudamiento, la Isla se mueve hacia el deterioro, sostuvo.
“Que seis de cada 10 personas no trabajen y que de los cuatro que trabajan uno lo haga en el sector público, eso, sinceramente, por más reformas que se hagan no es sostenible”, dijo Hidalgo.
Como resultado, el analista dijo que la Isla tendrá que negociar con el Congreso federal para modificar los programas de beneficencia y el salario mínimo federal, haciéndose eco de las recomendaciones vertidas recientemente por la Reserva Federal de Nueva York.
Loas y peros para Fortuño
La respuesta de Puerto Rico a su crisis fiscal y económica fue el tema principal de un foro efectuado ayer en la Isla por la organización Iniciativa Libre, una entidad que promueve la libertad económica entre los hispanos y que está dirigida por uno de los excolaboradores del presidente George W. Bush, Daniel Garza.
Durante el evento, Hidalgo, al igual que Garza y el periodista John Fund, concedieron créditos a la administración del gobernador Luis Fortuño para controlar el déficit, e insistieron en que lo hecho en la Isla podría servir de modelo a otros estados y países.
El lastre de la deuda
No obstante, Hidalgo subrayó que la deuda total de la Isla continúa en aumento, que ya alcanza el 80% del Producto Interno Bruto, un indicador que “eventualmente” se colocaría en niveles insostenibles.
“Creo que tarde o temprano habrá que hacer una inspección y un replanteamiento de cuáles (empresas estatales) podrían trasladarse al sector privado”, sostuvo el analista al explicar que aquí reside la mayor cantidad de deuda pública emitida por la Isla.
Hidalgo manifestó que la transferencia de autopistas y del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín son movidas en esa dirección, estrategias que, a su vez, han sido adoptadas por diversas economías latinoamericanas.
Fortuño sostuvo que su administración ya trabaja con algunas iniciativas dirigidas a revertir la baja tasa de participación laboral y que también está en conversaciones con el Gobierno federal a esos efectos. Particularmente, dijo que su interés es modificar los programas existentes para que los participantes puedan continuar recibiendo ayudas mientras trabajan.
Por otra parte, indicó que el programa de Alianzas Público-Privadas (APP) atiende la situación de endeudamiento del Gobierno y que antes de que termine el año se concretará al menos otro proyecto adicional. “Ni el Gobierno de Puerto Rico ni el Gobierno federal tienen los recursos para hacer las inversiones en infraestructura que se necesitan”, aceptó Fortuño.
“No hemos terminado. Apenas comenzamos”, indicó el mandatario a los participantes del evento en el cual recibió múltiples aplausos por los avances de la economía.
Fortuño destacó la creación neta de 18,000 empleos en el fiscal 2012, unos $4,400 millones de inversión en proyectos de energía renovable que se fraguarán en los próximos meses y los beneficios de la reforma contributiva como frutos concretos de su gestión. “Pusimos el dragón a dieta”, continuó Fortuño al agregar que tanto la situación crediticia como las previsiones económicas son mejores ahora que a su llegada a La Fortaleza en el 2009.
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